Un castillo, unas vistas desde lo alto de la colina, unos restaurantes panorámicos impresionantes, unas calles empedradas, uno de los bazares de los más antiguos del país...Krujë es una ciudad que pone los pelos de punta nada más llegar.
En las estrechas calles del centro histórico se encuentra el antiguo bazar otomano, renovado en 2015. Este lugar es ideal para adquirir productos tradicionales y recuerdos, como alfombras, bisutería en plata 925, platos de cobre artesanales...
En lo alto de la colina, el Castillo de Krujë domina el paisaje, protegido tanto por las escarpadas laderas de la montaña como por sus murallas y nueve torres que lo rodean. Durante la Edad Media, el héroe Skanderbeg aprovechó su estratégica ubicación y fortaleza para dirigir las batallas en defensa de Albania.
El Castillo de Kruja, o Kalaja e Krujës en albanés, es un símbolo de la resistencia albanesa frente al Imperio Otomano. Durante la revuelta albanesa de 1432-1436, el castillo soportó tres asedios de los turcos y ni siquiera el sultán Mehmed II, conocido como «El Conquistador», pudo derribar sus defensas.
Años después, el 28 de noviembre de 1443, fue en este mismo castillo donde Skanderbeg izó por primera vez la bandera albanesa, marcando el inicio de una resistencia que duró más de 25 años, y simbolizando el primer período en que Albania no estuvo bajo dominio extranjero.
