Visitar el Piton de la Fournaise, o como ser la última en llegar al volcán…


…o mejor dicho, al SUPER volcán de Isla Reunion.

La gente me adelantaba: no una ni dos personas…sino todo el mundo que subía al volcán. Si en todas las guías y blogs decían que eran 3 horas como máximo en llegar, yo tardé casi cuatro. Mr. L me veía a lo lejos, esperaba a que llegase, me preguntaba si estaba bien..y volvía a caminar unos metros más. Llevaba la réflex con él e iba haciendo fotos por el camino mientras yo, Mrs.L,  me las veía negras para dar un paso tras otro. 






La lava del volcán tiene una consistencia diferente según los años que han pasado desde que ha salido del interior: tanto puede ser suave, como piedras resbaladizas como arenilla.


Íbamos preparados con calzado y ropa adecuada. Con cortavientos para el inicio de la caminata (6 y algo de la mañana) y manga corta para las horas de más sol. Sólo nos dejamos la crema solar en el hotel (Y las risas que nos echamos cuando volvimos y repasamos nuestro moreno paleta?). Rectifico: risas y dolor…nunca os dejéis la crema solar, es de lo más importante!




El madrugón ese día fue importante: Nos pusimos en marcha sobre las 5 cuando aún era de noche y los chavalines estaban de fiesta en las discotecas y bares que estaban cerca del hotel. El camino en coche era largo pero sin mucha complicación. Antes de dejar el coche comimos unos croissants y nos pusimos en marcha. Llevábamos agua y barritas de cacahuete para mantenernos en forma.

Desde aquel día prometí que no subiría a ningún otro volcán (y de momento lo he cumplido! No he trepado ni el Pico en las Azores ni el Teide en Tenerife , sólo me han visto asomar la cabeza a lo lejos..jeje) y sigo pensando lo mismo. No os negaré que fue una experiencia que viví al límite y de la que al final de todo me sentí orgullosa, pero el agotamiento, esas escaleras finales…








Quizás me tomáis por loca, pero cuando nos informamos antes de emprender tal aventura, todos los blogs de viajes que leímos lo pintaban como algo muy fácil y llevadero y no fue así. El camino no es fácil si no estás acostumbrado a hacer trekking. Está claro que no es para todos los niveles y que lo más importante es tomárselo con calma e ir haciendo. Al final todo tiene su recompensa, y es que las vistas desde arriba son INCREÍBLES. 

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