Unas horitas en Gruissan

Descubrimos este pueblecito de casualidad cuando buscábamos hotel para nuestro mini road trip de semana santa. Queríamos salir de Barcelona y pasar por la Costa Brava hasta llegar a Narbonne. No teníamos paradas obligatorias salvo los pueblos donde pararíamos para pasar la noche, así que buscando y buscando hoteles descubrimos este pueblecito con tanto encanto.




Enviamos un email a la Oficina de Turismo para pedir información sobre qué visitar y una vez llegados ahí, empezamos la ruta.

Comenzamos por la Tour de Barberousse, que no es más que los restos de un castillo del siglo XX. Las vistas son espectaculares, ya que se puede ver como el pueblo crece alrededor con una forma circular.




El paseo por el caso histórico es muy agradable, aunque cuando estuvimos nosotros hacía bastante airecito, pero sus callejuelas pintorescas nos enamoraron!!

Nos hubiera gustado pasear bastante más, peeeeero el viento nos lo impedió...así que tendremos que volver para ver los lagos con los flamencos que se encuentran alrededor :-)
Lástima, porque había unas terracitas muy monas en el casco histórico.

La zona es preciosa y merece la pena una visita laaaaaarga. Ojalá tuviéramos más fotos para enseñaros, pero estuvimos poco tiempo :-( ¡VOLVEREMOS!