Es difícil describir con palabras las sensaciones que uno
siente al ver por primera vez estas estructuras. En 2007, mi primera vez en
Barcelona, paseado por la ciudad al
escuchar una música tocada por flautas, gritos y aplausos me acerque a ver qué
pasaba.
Encontré un plaza llena de gente todos mirando a un mismo punto, al fondo no podía distinguir bien pero había un grupo de gente uniformados en poco más de 3 m2. De repente se hace silencio y empiezan a subir unos cuantos chicos, estos se ponen encima de los hombros de sus compañeros que están el en suelo. Enseguida empieza la música y entran en escena chicas, chicos y al final unos niños que no tenían más de 5/6 años. Uno de tras de otro se suben encima de los otros compañeros hasta diseñar unas líneas perfectas hasta el cielo. Y de repente estallan los aplausos y los gritos, el último niño en subir había llegado lo más arriba posible de aquella bella estructura y ahora empezaba a bajar con delicadeza y deslizado por la espalda de sus compañeros. Simplemente los pelos de punta!
Encontré un plaza llena de gente todos mirando a un mismo punto, al fondo no podía distinguir bien pero había un grupo de gente uniformados en poco más de 3 m2. De repente se hace silencio y empiezan a subir unos cuantos chicos, estos se ponen encima de los hombros de sus compañeros que están el en suelo. Enseguida empieza la música y entran en escena chicas, chicos y al final unos niños que no tenían más de 5/6 años. Uno de tras de otro se suben encima de los otros compañeros hasta diseñar unas líneas perfectas hasta el cielo. Y de repente estallan los aplausos y los gritos, el último niño en subir había llegado lo más arriba posible de aquella bella estructura y ahora empezaba a bajar con delicadeza y deslizado por la espalda de sus compañeros. Simplemente los pelos de punta!
Me apresuré a averiguar qué es y por qué lo hacían.
Los “castells” son una tradición con más de 200 años que se
realiza únicamente en Cataluña. Esta
particular tradición de estructuras hechas por personas con grande equilibrio ha evolucionado en los
últimos 2 siglos hasta el día de hoy, siendo reconocida dentro y fuera del país
- Son patrimonio mundial de la Humanidad.
Se trata de una actividad totalmente voluntaria en la que
participan personas de todas las edades e sexos. Este grupos de personas se
junta con un objetivo común, poder alzar estructuras de inigualable belleza e
complexidad, lo que le otorga una actividad de carácter grupal en toda regla –
todo el mundo trabaja en autoayuda para un mismo objetivo.
A pesar de ser una actividad aficionada suela implicar
muchas horas de ensayo y practica de todos los componentes de las estructura
antes de presentarlas en público, durante sus actuaciones. Según la estructura y su complejidad pueden
estar implicadas más de 500-600 personas.
Cada estructura tiene un nombre y este varía según el número
de personas que se posiciona a una misma altura (como si fuera en el mismo
nivel o “piso”) y el número de personas que se suben en altura (el número de
pisos). En grado de complexidad de la estructura varía según estos dos factores
otorgándole una puntuación que permite definir su exigencia.
Hoy día hay más de medio centenar de grupos llamadas
“colles” que realizan “castells”. Estos grupos tienen un vestuario muy
característico, pantalón blanco combinado con una camisa y una faja negra (esta
última permite reforzar la zona lumbar). La camisa es lo único que cambia según
la colla, esta es como la identidad de la misma junto al escudo bordado en el
bolsillo de la misma.
La grande diversidad de estructuras y collas lleva a
clasificar según la puntuación conseguida, lo que le da un punto de
competitividad. Para muchos este punto de competitividad en algo tan frágil
puede parecer una locura, pero sus semejanzas con cualquier deporte lleva a
entender que uno mismo necesita auto superarse.
Se pueden contemplar los castells en las plazas de los
ayuntamientos o plazas emblemáticas de los diferentes pueblos de Cataluña. Para
ver los castells tienes que saber el día y la hora, que previamente están definidos según un calendario que suele ir
desde principios de febrero a finales de noviembre.
Si tienes la oportunidad de contemplarlos, no te lo pierdas!
Eso si, os aviso cuando se realiza la estructura es
necesario mantener el máximo de silencio posible, para mantener la
concentración de todos los que en ella participan. No obstante se interrumpe el silencio cuando el ultimo
niño en subir llega al tope de al estructura y levanta la mano – momento en que
se considera el castells como cargado. Posteriormente es necesario desmontar la
estructura con la misma delicadeza, para que se considere el Castell descargado
y completo.
Actualmente hago parte de una de las mejores collas de
siempre, puedo volver a sentir la gallina de piel pero en este caso desde
dentro de la estructura. La verdad es que no se explicar que me llevo a
apuntarme a hacer castells, pero os
puedo asegurar que después de probarlo no puedes vivir sin ello, es como una
“droga”.
Como las fotos no transmiten toda la emoción de los castells
os invito a ver un vídeo de los Castellers de Barcelona.